Estrasburgo, una ciudad Patrimonio de la Humanidad

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Une publication partagée par Ivan de la Torre (Tour Guide) (@guideictalsace) le 2 Sept. 2018 à 5 :46 PDT

Estrasburgo es la capital histórica de Alsacia, y se sitúa en los confines de Francia haciendo frontera con Alemania. Esta situación estratégica sobre el río Rin, ha provocado numerosas luchas a lo largo de la historia por el control de esta ciudad y de su región inmediata.

Desde la llegada de los pueblos mal llamados "bárbaros" en el siglo V, la ciudad adquirió importancia gracias a los favores reales y fue creciendo, hasta extenderse por fuera del núcleo urbano dónde comenzó todo en el siglo I a.C.

En el siglo XVII, Estrasburgo es asediada por las tropas del rey francés Luis XIV, el rey Sol, y este se apodera de la ciudad y con ella, completa su conquista de Alsacia. La ciudad mejora las fortificaciones, adaptándose a la artillería moderna.

Más tarde, ya en el siglo XIX, llegarían importantes cambios urbanísticos, con la vuelta a territorio, esta vez, alemán. En 1871, Estrasburgo es cedida, junto con Alsacia, por Francia a Alemania tras su derrota en la guerra franco-prusiana (1870-1871).

Las autoridades alemanas diseñarán un conjunto urbanístico innovador en la ciudad, de más de 384 hectáreas al norte de la ciudad, que se acabará extendiendo por todos los frentes de la ciudad "medieval".

Durante la Primera Guerra Mundial, la ciudad se salvará de los bombardeos aliados, pero no durante la Segunda. Los bombarderos americanos destruyeron en 1944, numerosos edificios con valor histórico y artístico. Se perdieron entre otros, la Antigua Aduana (situada en el centro, frente al Museo de Historia), y partes del Parlamento de Alsacia-Lorena y de la Casa de Correos (Hôtel de Correos). Muchos de estos edificios fueron reconstruidos siguiendo los planos originales o con un estilo de ruptura.

¿Qué nos queda hoy?

Estrasburgo posee dos conjuntos urbanísticos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pese a la turbulenta historia de la ciudad, esta ha sabido conservar tu patrimonio casi intacto, y es por lo que podemos disfrutar hoy de él.

Gran Isla (1988): fue la primera fase de la declaración de la UNESCO y comprende todo el centro histórico de la ciudad, que como su nombre indica, se encuentra situado en una isla.
En él encontramos todavía el trazado de las antiguas avenidas romanas, edificios del medievo, como la imponente Catedral Notre Dame, casas de entramados y edificios de diferentes épocas (Renacimiento, Clasicismo...) con influencias francesas y alemanas claramente visibles.
Neustadt (2017): es el conocido como barrio alemán o imperial. Este empezó a valorarse hacia el año 200, por su valor histórico y artístico, dejando de lado los malos recuerdos de periodos oscuros, como el nazi que marcaron la vida de este barrio predilecto de las autoridades nazis y de los habitantes de la ciudad. Hoy se conservan maravillosos ejemplos de construcciones alemanas realizadas entre 1880 y 1918, las cuales también estaban presentes en las grandes ciudades alemanas antes de la Segunda Guerra Mundial.

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